A la hora de adquirir los utensilios y aparatos que nos hagan la "vida más fácil" con un bebé debemos tener en cuenta el coste, el espacio y la utilidad, entre otros factores. Aquí os dejo mi opinión sobre la adquisición de un calientabiberones.
Nosotros adquirimos uno, aunque no lo usamos nunca en casa, para eso ya tenemos el microoondas. Lo usamos muchísimos en los viajes durante el primer año de vida del niño, una vez que dejamos e darle el pecho. Adquirimos uno con posibilidad de enchufarlo al mechero del coche y nos salvó de alguna situación cuando en carreteras y en especial en autopistas no había ninguna estación de servicio cercana donde calentarlo. También lo usamos en los hoteles, le dábamos el biberón en la misma habitación y luego bajábamos a desayunar sin prisa. Cuando el niño se hizo mayor, a partir del año y medio dejamos de llevarlo y ya lo calentábamos en el microondas del restaurante. En un crucero por el mediterráneo también lo usamos y fue indispensable, ya que allí no podíamos esperar a la hora asignada en el desayuno.
El nuestro tenía la ventaja de que se podían calentar "potitos" (es una gran ventaja), ya que si no vas a estar en ningún lugar a lo largo el día donde poder hacerlo, te da libertad y tranquilidad para el día.
En ocasiones calentábamos el agua más de lo habitual y la metíamos en un termo para tener preparado otro biberón para lo largo del día. Cuando calentábamos y "potito" para la hora de comer teníamos que tener en cuenta de que se tardaba mucho más en calentar. Había que calentarlo bien y darle vueltas para que se calentará de forma uniforme y finalmente meterlo a y termo de alimentos.
Deber tener en cuenta a la hora de adquirir uno que no todos admiten todos los formatos de biberón, ya que estos son de diferente diámetro y por supuesto que no en todos caben todos los "potitos".
Nosotros adquirimos uno, aunque no lo usamos nunca en casa, para eso ya tenemos el microoondas. Lo usamos muchísimos en los viajes durante el primer año de vida del niño, una vez que dejamos e darle el pecho. Adquirimos uno con posibilidad de enchufarlo al mechero del coche y nos salvó de alguna situación cuando en carreteras y en especial en autopistas no había ninguna estación de servicio cercana donde calentarlo. También lo usamos en los hoteles, le dábamos el biberón en la misma habitación y luego bajábamos a desayunar sin prisa. Cuando el niño se hizo mayor, a partir del año y medio dejamos de llevarlo y ya lo calentábamos en el microondas del restaurante. En un crucero por el mediterráneo también lo usamos y fue indispensable, ya que allí no podíamos esperar a la hora asignada en el desayuno.
El nuestro tenía la ventaja de que se podían calentar "potitos" (es una gran ventaja), ya que si no vas a estar en ningún lugar a lo largo el día donde poder hacerlo, te da libertad y tranquilidad para el día.
En ocasiones calentábamos el agua más de lo habitual y la metíamos en un termo para tener preparado otro biberón para lo largo del día. Cuando calentábamos y "potito" para la hora de comer teníamos que tener en cuenta de que se tardaba mucho más en calentar. Había que calentarlo bien y darle vueltas para que se calentará de forma uniforme y finalmente meterlo a y termo de alimentos.
Deber tener en cuenta a la hora de adquirir uno que no todos admiten todos los formatos de biberón, ya que estos son de diferente diámetro y por supuesto que no en todos caben todos los "potitos".
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